Hola, que tal…
desde las puertas del cielo,
hoy me puse a levitar
y no he podido evitar
enredarme entre tu pelo.
Te juro,
que no se cómo…
pudo enhebrarse el azar,
como… ¡me rodó la bola!,
para descubrir tu aroma
paseando en mi desván.
Se ve…
que sin querer la brisa
se disfrazó de tu prisa
para ir de carnaval.
La baranda de mi enebro
sin pensar en el encierro
quiso ponerse a bailar.
Y es que…
con tu vestidito negro
aquel…
que solías llevar
una estrella con tu aroma
me ha venido a visitar.
Puede que no…
que ni ahora, ni jamás
compartamos las perdices
pero no, eso no pudo evitar
que desde mi piedra angular,
hoy te vislumbre Neiges…
Distraído como tú, en un R5 azul
camino de Barcelona.
Sí…
se me quemó la pizza
y partiéndonos de risa,
nos tuvimos que esconder
casi nos pilla tu padre,
aquella noche de ayer.
Hoy…
en el Turbo con los dardos,
con la Salu y con mi hermano
volvimos a pasear
con la guitarra en la mano
por la arena que pisamos,
esos días junto al mar.
Hoy…
en este cuarto cerrado
orlado de cicatrices,
navegué por el pasado…
en que este viejo chiflado
con el alma entre las manos,
te acompañaba… “Neiges”.
Nunca más
te volví a ver
aunque frecuenté tu barrio,
con tu amiga me amigué
diez mil veces pateé
las calles del vecindario.
Nunca más…
bajaste al Cuenca a cenar,
ni jamás…
me cortarías el pelo,
hasta cerraron el Pub.
Después…
con la prisa y a diario,
descubrí que el calendario,
nunca miraría hacia atrás.
Ya ves…
aturdido en mi desván,
en esta tarde de mayo,
me ha parecido escuchar
la seda de tus latidos,
paseando por mi ombligo,
con tus medias de cristal.
Hola que tal…
en mi alma sibilina
y sin dejarme escuchar,
en una escondida esquina
sin pensar en que dirán,
tu recuerdo y mi pasado…
se pusieron a bailar.
JCF
Mayo 2010